Las personas desempleadas que valoran la idea de presentarse por ejemplo en las oposiciones de correos para conseguir un trabajo público, fijo y bien resarcido. Lograr empleo en una administración pública, autonómica o local, al margen de ser un preciado tesoro da gran estabilidad.
Son, sobre todo, los jóvenes los que se plantean la opción de opositar. En gran medida, son diplomados universitarios que encadenaron numerosos empleos temporales o pasantías profesionales y hartos de pasar por diversas organizaciones con un salario bajo se deciden a llenar su tiempo estudiando en tanto buscan trabajo.
Los alumnos universitarios quieren una plaza en la Administración Pública estatal, en las universidades, ayuntamientos o las Comunidades Autónomas. Estas son las oposiciones más concurridas, seguidas por las plazas en la sanidad pública, las de policía, profesores y bomberos. En muchas ocasiones, se presentan a niveles inferiores a los que les correspondería por su capacitación debido a que es más simple aprobarlas y luego ascender.
Otra salida a los periodos de crisis es por medio de la formación. Especializarse en un ámbito, actualizar conocimientos, aprender un idioma, implica un valor añadido que nos puede diferenciar del resto de los que están en paro a la hora de buscar un empleo.
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